Ser fan

Posted: February 12th, 2016 | No Comments »

INXS es el único grupo del que sido verdaderamente fan. Y cuando digo fan, quiero decir fan. De esos que siguen todas las noticias, buscan todos los detalles, se compran piezas de coleccionista y sobre todo de esos que se hacen miembros del club de fans. Pues todo eso lo hice yo por INXS. Y además, en una época en la que no existía internet, lo que lo hace todo todavía más meritorio.

No soy uno de esos que se inventan una narrativa alrededor de la época preinternet para justificar lo injustificable y no aceptar que en el fondo eran tiempos sin duda peores para los aficionados a la música. Pero sí que creo que se generaba un vínculo emocional con los grupos diferente al de ahora. Por lo que cuesta hoy una suscripción mensual a toda la música que puedas querer escuchar, en aquella época apenas te podías comprar un disco. Decidir qué disco comprar era algo muy serio y había que estar muy seguro. Elegir un disco significaba descartar todos los demás. El coste de oportunidad era altísimo. Me atrevería a decir que sí, que visto así, la música era entonces algo mucho más importante y trascendente que ahora.

Bueno, todo eso es una opción. La otra es que todo sea culpa de la nostalgia. Nostalgia de aquellos tiempos de descubrimiento en los que todo era nuevo y todo estaba por hacer. Toda la vida por delante. Como ejemplo, la música, el universo más maravilloso que existe, entero por descubrir. Sin noticias aún de Dylan, Springsteen, Elvis, Johnny Cash o la Creedence. La música, principal refugio y única compañera durante tanto tiempo.

Tuve conciencia de la existencia de INXS en el ’88 con el disco KICK pero no fue hasta el siguiente disco, X, cuando empecé a prestar atención de verdad. Y a partir de ahí, como se suele decir, todo es historia: conciertos, discos, fotos, imitaciones, anillos, camisas blancas, peinados, visitas a correos para pagar el club de fans de UK y lágrimas con la muerte de Michael Hutchence. Con el tiempo mis preferencias derivaron hacia otros estilos y dejé prácticamente de escucharlos. Pero como pasa com los amigos de verdad, esos que se hacen cuando uno es joven, ya estarán ahí conmigo el resto de mi vida.

No sé si este es el video que lo empezó todo, pero se le acerca. Esta actuación en los premios MTV tocando Suicide Blonde es un buen ejemplo de lo que era la banda en su mejor momento.


Merecerse una vida maravillosa

Posted: January 31st, 2016 | No Comments »

I want a life on fire, going mad with desire
I don’t wanna survive, I want a wonderful life
– Brian Falllon –

Hay tipos populares que te gustaría que fueran tus amigos. Conocerlos de hace tiempo, compartiendo un pasado común. Y aunque ahora no los vieras a menudo debido a su trabajo (ya sabes, las giras, grabaciones y esas cosas) sí que te llamarían de vez en cuando y siempre te avisarían para quedar cuando están en la ciudad. Aprovecharías esos ratos para charlar poco de pasado, algo de presente y mucho de futuro.

Quizás ese amigo estaría harto de hablar de él después de trantas entrevistas y acoso de los fans y preferiría que hablaras tu la mayor parte del tiempo. Tu ya sabes que si hubiera algo, ya te lo explicaría. Tendría un interés real en saber cómo te va, como está la familia, qué planes tienes, el trabajo y eso. Te daría un poco de apuro. Qué interés tendría para alguien que viaja alrededor del mundo y alterna con alguna de la gente más creativa del mundo la vida cotidiana y mediocre de un cuarentón como tu. Pero es tu amigo y sabrías que el interés es real. Por eso siempre te llama cuando está en la ciudad.

Le explicarías que se ha convertido para ti en un tema obsesivo pensar en todo el tiempo que has perdido y en cómo debes aprovechar el que te queda. En cómo te rebelas a llevar una de esas vidas convencionales que se espera de nosotros. Sin sobresaltos, planificada y mediocre que gira alrededor de mantener un empleo que te permita pagar las facturas y tener unos días de vacaciones al año. Una vida rutinaria en la que un día podría ser intercambiable y en la que el objetivo del lunes es que llegue el viernes. Le contarías, que estamos vivos y eso puesto en perspectiva es maravilloso y que no tiene sentido malgastar más nuestra vida. En definitiva, que crees que nos merecemos más. Nos merecemos una vida maravillosa.

Tu amigo sonreiría y te diría que está exactamente en el mismo momento de su vida. Que él siente que necesita algo más. Sentir un fuego que le haga desear aprovechar su vida a fondo. En ese momento, brindaríais chocando las botellas de cerveza.

Alguien que podría ser perfectamente uno de esos tipos populares que te gustaría que fueran tus amigos es Brian Fallon. Si fuera él tu amigo, te explicaría que esos son los temas sobre los que está escribiendo para su próximo disco, el primero en solitario. Y te avisaría de que a una de ellas la llamará “Wonderful life” y que cuando la oigas, te acordarás de esta conversación.


U2 y el arte de la música

Posted: January 18th, 2014 | No Comments »

Nunca he sido fan de U2. Sólo me interesaron en la época del “Rattle and Hum” más/menos 2-3 años. O sea, la época comprendida entre el “The Joshua Tree” y el “Achtung Baby”. La época anterior continúa siendo un misterio para mi (y supongo que lo seguirá siendo hasta la eternidad) y a la posterior le he hecho muy poco caso. Es cierto que al menos podría practicar eso que dicen que hace la gente preparada que es informarse antes de opinar. A mi favor, tengo que decir que lo he intentado… bueno, dejémoslo en que me lo he llegado a plantear. Pero siempre se me antoja como algo tremendamente complejo y que requiere un tiempo que no estoy dispuesto a dedicar.

Creo que básicamente la causa es que mis gustos musicales encajan con ese periodo de “Rattle and Hum” +/- 3 años. Los últimos discos, por ejemplo, suenan como algo muy alejado de lo que cualquier de los órganos de mi aparato anatómico musical central (o sea, el conformado por: cerebro/corazón/estómago) está dispuesto a aceptar. Y lo que es peor, en una exploración rápida de esos discos, no encuentro en el sonido o en las melodías una excusa suficientemente convincente que justifique darle una oportunidad. Total, que excepto sorpresas en el futuro, U2 quedará para mi siempre restringido a 3 discos y ni a nada más. Ni tan siquiera un recopilatorio más.

Pero dicho esto, para nada U2 es un grupo marginal para mi. Esos 3 discos contienen algunas de las canciones que más feliz me hacen en el mundo. Y eso a pesar de algunas distorsiones, como en el caso de “One” que de tanto escucharlas he perdido ya la perspectiva de su perfección. Otras, como “With or without you”, están en mi cartilla de racionamiento musical, que incluye todas esas canciones que escucho de forma controlada para que jamás dejen de producirme el efecto que ahora consiguen. Y “Rattle and Hum” es uno de mis discos preferidos de la historia.

Pero por encima de todo, U2 es el grupo que, por alguna razón desconocida cuando los escucho me hace sentir lo maravillosa que es la música. Como cuatro tipos con sus instrumentos son capaces de sincronizarse y crear una melodía que te genera sentimientos. Y eso para mi, es algo como de ciencia ficción. Otros artistas puede que me hagan querer vivir, o querer coger una guitarra, o pensar que todavía merece la pena. Pero U2 me hacen tomar conciencia de cómo es el acto material que lleva a todas esas sensaciones que nos produce la música.

El mejor ejemplo es este video en directo de “With or without you”


Una canción sobre la resignación

Posted: January 6th, 2012 | Tags: , | No Comments »

Está bien. Sé que debe haber ahí fuera decenas de ejemplos para demostrar lo contrario. Pero lo primero que se le viene a uno a la cabeza cuando piensa en una canción triste es una canción lenta. Y a más tristeza, menos instrumentos. El modelo canónico de canción triste es esa canción lenta y melancólica en la que un único instrumento (normalmente piano o guitarra) acompaña a la voz. Cuando nos pasa algo realmente triste en la vida, todo lo accesorio desaparece y todo se reduce a lo que nos provoca esa pena. Me imagino que por eso las canciones tristes les salen también así de simples y directas a los compositores.

“Good Girl” de las Go-go’s es una de las excepciones a esa norma. Es un medio tiempo pegadizo para una de las canciones más tristes que he escuchado nunca. En esta canción, la gran Belinda Carlisle promete sin cesar que va a ser buena chica a partir de ahora para que todo el mundo la quiera. Para ello, va a hacer lo que haga falta: reir hasta que duela, arrodillarse, rogar.

Sin embargo, hay un trasfondo claro de resignación. No es una decisión voluntaria. No le queda más remedio. Hay mucha rabia: “Buena chica, buen perro. Mejor ser una buena chica”. O eso de “dejémosles a ellos elegir a qué jugamos”. O directamente: “me tragaré todas mis palabras de enfado”. La interpretación de Belinda Carlisle es magistral. Las canciones tristes suelen tratar de pérdida. Esta, de la pérdida de principios, de la dignidad. De tener que resignarse para poder encajar.

Quizás esté sobre reaccionando. Quizás sea sólo el momento determinado de mi vida en el que me encuentre el que amplifica el significado. Pero esta canción me sirve de gasolina para no perder la fe y resistirme un poco más a dar también ese paso.

Ahí la canción:


La tristeza y demás

Posted: May 19th, 2010 | No Comments »

Estoy triste. Llevo unos días triste. Cuando estoy triste, no me gusta mucho escuchar música. Nunca encuentro la canción. Hace tiempo, se llevaba mejor con sesiones de madrugada escuchando a Tom Waits. Pero ahora ya no. Mi hijo habría cumplido este mes seis años. Algo tendrá eso que ver también. Cuando murió, no quise escuchar música en mucho tiempo. No quería que ninguna canción quedara vinculada a ese momento. Sólo me hubiera gustado hacerlo más llevadero escuchando alguna de mis canciones preferidas. Pero sabía que si eso pasaba nunca más la podría volver a escuchar sin ponerme muy triste. No me pareció justo y por tanto renuncié.

Creo que es una costumbre que ha continuado. Bueno, con una diferencia. Ahora sí he encontrado una canción que me sirve de mini-antídoto: la versión de Hallelujah de Jeff Buckley. Suele funcionar así: salir a la calle con los auriculares bien incrustados y la canción sonando a todo volúmen. Es como estar aislado del mundo real. Ni un ruido cotidiano. Es como si le hubieran quitado el volúmen a la calle. A partir de entonces, todo se reactiva y los ánimos van volviendo a su estado natural. A mi sólo me funciona con esa canción. Lo aprendí de un episodio de una de mis series preferidas de la historia: The west wing. Si no se ha seguido la historia no tiene sentido, claro. C.J. Cregg se enamora de un agente del servicio secreto. Cuando él le está comprando flores muere asesinado. A partir de entonces, sólo se oye la canción. En mi caso, imagino que es como entrar en una burbuja y ver la vida desde fuera. Raro, raro, raro pero me funciona.

Ahí va el video:


Los reencuentros

Posted: April 22nd, 2010 | No Comments »

Me encantan las películas en las que pasa alguna de estas cosas: a) sale el presidente de los Estados Unidos, b) alguien del presente viaja al pasado, c) el protagonista muere y el cielo lo envía de vuelta en el cuerpo de otro (siempre y cuando no sea convertido en perro ni en muñeco de nieve). Si en una película pasa algo de esto, sé que me va a gustar seguro.

Pero si algún día tuviera que hacer una película, escribir una novela o componer una canción,
trataría sin duda sobre el reencuentro de un grupo de amigos tras muchos años sin haberse visto. Por argumentos así, fui capaz hasta de leerme un libro de pseudo-miedo como es el “It” de Stephen King o de ver películas mega-cursis como “Los Amigos de Peter”. No soporto, sin embargo, las películas que incluyen reuniones de estudiantes rollo la promoción del año tal o cual. Imagino que porque en mi vida iría a una de esas reuniones escolares.

No sé exactamente por qué me parecen fascinantes estas historias de reencuentro. Quizás sea porque me da pena cuando por alguna circunstancia de la vida dejas de tener relación con gente con la que te entiendes bien. Quizás te vuelvas a encontrar alguna vez poco después pero al final, acabas dejando de verlos.

Ese es precisamente otro argumento dentro del subgénero “amigos” que me fascina: cuando están a punto de separarse para siempre. Son esas historias que suelen pasar en verano (atención, no cuentan las historias románticas chico-chica veraneando ni las canciones del Duo Dinámico sobre el tema). El ejemplo canónico de esta tipología es la película “American Graffiti”.

Mi canción preferida sobre el tema no es de reencuentro propiamente si no de recuerdo de un amigo. “Bobby Jean” es una canción que Bruce Springsteen dedicó a Steve Van Zandt cuando este abandonó la E-Street Band. La estrofa final es uno de mis momentos preferidos de la historia de la música. No es que sea poesía pero es todo sentimiento. Hay cosas que mejor no decirlas con metáforas.

    Maybe you’ll be out there on that road somewhere
    In some bus or train traveling along
    In some motel room therell be a radio playing
    And you’ll hear me sing this song
    Well if you do you’ll know Im thinking of you and all the miles in between
    And Im just calling one last time not to change your mind
    But just to say I miss you baby, good luck goodbye, bobby jean

Los Secretos, mi pasado que nunca fue

Posted: December 31st, 2009 | Tags: , | No Comments »

No ha sido el 2009 un año muy prolífico en conciertos para mi. Sólo un par y varios intentos abortados por una u otra razón.

Uno de ellos fue ir a ver a Los Secretos. Todavía no sé muy bien qué coño pintaba yo allí. Creo que iba con bastante buena actitud, pero lo que vi no me gustó nada. Me parecieron unos tipos superprofesionales que tocaron con el piloto automático puesto. Llevan 30 años tocando las mismas canciones de forma idéntica. Por pelotas les tienen que salir bien. Pero lo que me dejó más descolocado es lo blandos que sonaban. En mi vida había ido a un concierto de ese estilo. Gran decepción.

Mi “fase Los secretos” duró exactamente 4 semanas. O lo que es lo mismo, el tiempo que pasé desde que me compré el DVD del concierto del 30 aniversario hasta el día que fui al concierto. Creo que es el ciclo de fan más corto que he pasado en mi vida desde la adolescencia, cuando solía tener ciclos de días. Escuchaba una canciones (normalmente malas) sin parar hasta que las acabada aborreciendo primero y detestando después.

Sin embargo, me continúa gustando la atmósfera que se genera al escuchar algunas de las canciones de Los Secretos. Ese tono melancólico me hace pensar con cariño en los viejos tiempos lo cual es absurdo porque ese grupo nunca estuvo presente en los viejos tiempos. Con lo cual, no sé exactamente qué es lo que me están recordando. Debe de ser algo así como los tiempos pasados que nunca pasaron. Qué cosa más rara.

Eso sí, gran respeto por Ramón Arroyo, guitarrista de Los Secretos y uno de los mejores de España. Si estuviera un día en uno de esos programas de la tele y coincidiera con él y me obligaran a hacerle una pregunta le diría: ¿Cuando te van a dejar 6 minutos para el solo de “Buena Chica”? Pero sólo lo preguntaría si me obligaran, nunca movería un dedo para hacerla.


Las canciones largas

Posted: October 14th, 2009 | No Comments »

Creo que entendí que ya no era como los demás niños el día que descubrí que había canciones de más de cinco minutos y que me encantaban. Hasta entonces las únicas canciones de más de tres minutos que había escuchado debían ser las versiones extendidas de algún éxito discotequero.

Cuando me hice con la caja triple 1975-1985 de Bruce Springsteen descubrí un montón de esas canciones largas. Me pareció algo inconcebible que sólo era posible gracias a la magia del directo. A la vez, era una cosa realmente diferente. Era evidente que nadie iba a aguantar una versión de diez minutos de uno de los hits de la época. Esas canciones estaban hechas para las radiofórmulas y para los videoclips de la tele. Sólo los grandes artistas estaban capacitados para alargar las canciones tanto como les diera la gana. En esa caja de Springsteen, estaba Thunder Road (5:44), Rosalita (10: 07) o The River (11:40).

Pero ya puestos, lo máximo que se le puede pedir a una canción larga, es que pueda alargarse de forma interminable. Por eso, mi canción larga favorita de la historia es “Stuck Inside Of Mobile With The Memphis Blues Again”. Aquí Bob Dylan va enlazando historias hasta que en un momento dado decide parar. Pero si en vez de 7 minutos durara 15 o 20, tendría el mismo sentido. La música, está totalmente al servicio de la letra acompañando tanto como haga falta.

Como me suele pasar con Dylan, las versiones que más me gustan son las originales del disco. Las versiones en directo no suelen superar el original. Sin embargo, ahí va una versión en directo de hace unos años de esta canción,


Salvados por la campana

Posted: September 17th, 2009 | Tags: , | No Comments »

De todos los grupos escandinavos que surgieron hace unos años, los Backyard Babies han sido los que siempre me han gustado. Me importa poco que sean criticados por blandos o comerciales. A mi de esta banda me gusta todo.

Me gusta que sean capaces de generar hits. Me gusta ese toque melódico de la mayoría de sus canciones, con esos fantásticos estribillos tarareables. Me encanta su pinta de macarrillas y esos nombres tan molones: Dregen, Nicke. Y sobretodo, me encanta la voz del cantante Nicke, con ese toque rasgado. Creo que merecerá la pena oir esa voz dentro de unos años cuando vaya perdiendo agudos y se vuelva más ronca.

Estoy de acuerdo que no han vuelta ha hacer un disco como el primero. Total13 era pura dinamita. El siguiente disco fue bastante decepcionante y la producción era tipo esas florecillas que van de roqueros, pero esa canción Heaven 2.9 a mi siempre me ha gustado.

El resto de discos siempre han tenido un par de hits. “Roads”, por ejemplo, es una canción de esas para poner en las típicas recopilaciones para cuando conduces.

Desde hace un tiempo que estoy escuchando sin parar la canción “Saved by the Bell” de su último disco. El concepto del cantante el solo, sin acompañamiento de la banda, rasgando la gitarra está muy logrado. Así pues, ahí va el video de la canción en su última visita a Barcelona:


Last Kiss

Posted: September 12th, 2009 | Tags: , | No Comments »

Pearl Jam es un grupo raro. Intento por todos los medios que me gusten pero no hay manera. Creo que es porque me parece que es un grupo de música adulta. Tan adulta que me lo seguiría pareciendo si los escuchara con 70 años.

Me parece música de calidad, trabajada pero tremendamente aburrida. Al menos a partir del tercer disco. El primero, TEN, fue buenísimo. Y el siguiente también lo escuché mucho. Pero a partir de ahí reconozco que me han dado mucha pereza. Será este toque trascendental que quieren darlo. Sin embargo, tampoco me parece justo despreciarlos. Son buenos músicos y parecen buenos chicos. Llevan toda una vida juntos. Total, que estoy hecho un lío.

Una de las cosas curiosas que me pasa con Pearl Jam es que mis dos canciones preferidas no aparecen en su discografía oficial (si en recopilatorios).

La primera de ellas es “state of love and trust”. Es su mejor canción pero mi segunda preferida. Podemos ver que con esta gente todo son incoherencias para mi. Esta canción se publicó originariamente en la banda sonora de la película “Singles”. Luego, ha sido incluida en multitud de directos. Yo la descubrí por ejemplo en el directo grabado en Atlanta durante la gira de su segundo disco. Es un doble CD pirata pero que para mi es lo mejor que tienen. En esa época tenían un repertorio exclusivamente formado por canciones con garra. Y Eddie Vedder todavía se desgañitaba cantando.

Pero mi canción preferida es curiosamente una versión de una canción de los ’60 llamada “Last Kiss”. La desconocía totalmente y la descubrí en uno de sus directos oficiales. Aparentemente la utilizaban para cerrar (o casi cerrar) los conciertos.

En la canción, un chico explica como perdió a su novia en un accidente de coche. Lo bonito de la canción es que conserva esa inocencia de las canciones de los ’60. Una época en la que todavía no se estilaban las grandes metáforas como herramienta narrativa. Aquí, todo está explicado tal y como sucedió, y creo que eso es lo que hace la historia tan real y emotiva. Impresionante la segunda estrofa en la que explica como al despertarse tras el accidente ve a su chica en el suelo y ella moribund le pide “Hold me darling just a little while”. Él la abraza y le da un último beso. Probablemente, la muerte definitiva en accidente de coche de una adolescente enamorada.

Son varias las versiones que se pueden encontrar en Internet, pero en todas me encanta la rabia que le imprime Eddie Vedder a la interpretación.